jueves, 14 de noviembre de 2013

Impotente

Impotencia. Eso es exactamente lo que siento a estas horas en las que sentirme bilocada es el menor de mis problemas. Ahora no quiero estar en dos sitios, ahora quiero estar donde tú estas. Y mientras siento esa necesidad -que es física, que me duele en las manos y en la garganta- noto más que otras veces esos aguijones que me envían y que supongo me he ganado a pulso. No me importaría en otro momento, pero hoy no. Hoy estoy hasta las gónadas -sean lo que sean- de ser el centro de la diana, de ser el muñeco de pimpampún, de sentirme observada y criticada constantemente. Se acabó.
A partir de hoy, no existen. No en mi pequeño mundo, ese que llevo años defendiendo con uñas y dientes, ese que he construido a pesar de las tormentas y de los abusos, ese que ahora se ha completado contigo.
Si soy lo que creen que soy, me parece bien. Pero ya sabes cual es mi opinión sobre este asunto: "a ti no, que te gusta". A ellos no, que lo están pidiendo. Cierro la puerta de mi pequeña casa. Aquí ya no compramos autoempatía excluyente. Allá cada cual con sus odios, que los alimente, los haga crecer, les ponga nombre y un lazo y que conviva con ellos. Pero que no espere mi ayuda. Yo tengo otras cosas que hacer, aunque ante algunas me sienta ahora mismo impotente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario