Huir de escribir para no pensar. No, huir de escribir para no sentir. Ese es el único signo de cobardía que me permito.
Pero a veces las palabras salen a borbotones y no puedo dejar de rumiarlas y acaban por colarse en mi muy ordenada vida. No es la primera vez que confieso que por dentro estoy llena de palabras y eso no hay especialista que lo pueda diagnosticar.Despertar a media noche para comprobar que aún duermo. Dormir para no recordar los sueños.
Me amparo en la realidad, pero la realidad es una novela de Dickens y no puedo permanecer ajena a ella, no puedo verla pasar con los brazos caídos ni la boca cerrada. No valgo para eso, y miren que me educaron para ello pero al final va a ser verdad lo de mi conciencia floja y mi espíritu de contradicción. No quiero escribir pero escribo porque si no estallaría.
Jubilados que aceptan de buena gana que les hagan dos recetas en lugar de una para poder darle un medicamento para el cáncer a quien no puede pagarlo.
Niños que tienen que escuchar que deben hacer cinco comidas al día y en su casa el dinero no da ni para dos.
Mujeres que se prostituyen para llevar algo a casa.
Y aún así, nada arde, nada pasa, nada se mueve.
Supongo que va a ser verdad que no se hacen revoluciones con el estómago vacío. Y por eso, precisamente por eso, me pregunto si a quienes aún nos llega para comer, no deberíamos empezar esa lucha. Pero esta vez en serio.
viernes, 7 de diciembre de 2012
domingo, 18 de noviembre de 2012
Y a veces me pregunto. Pero casi nunca me contesto. Soy tan mujer conmigo misma que a veces da miedo. Hago como que no me oigo, como que estaba ocupada en otra cosa, la plancha, una receta nueva, la última serie de éxito en la televisión...me ignoro como si me fuese a llegar el periodo, o como si no hubiera dormido bien o las piernas me dolieran de pasear sin moverme. Un día, ruego por un día que no tenga que ignorarme y pueda decirme a las claras lo que pienso, lo que me muerde la lengua mientras sonrío. Pero no llega. No dejo que llegue. ¿Quién abriría la caja de Pandora haciendo tanto frío fuera? _Tanto frío dentro_.
Y te agradezco el poema...no me lo regalaste, pero lo encontré con tus pistas. Nunca me pusiste nada fácil.
Y te agradezco el poema...no me lo regalaste, pero lo encontré con tus pistas. Nunca me pusiste nada fácil.
DE ENTRECASA
No es la gran soledad
son los pequeños vacíos
horas en que la oficina
te fagocita,
exprime.
El tiempo que el niño duerme
su frágil siesta de hilo
y yo administro la rutina
cotidiana y doméstica,
malabarismos de la nada.
No son los grandes dolores
son las pequeñas frustraciones
el diario sin leer
las uñas hace tres días sin pintar
el no poder hacer el dobladillo del vestido de salir
ni necesitarlo.
No es la gran soledad
son los pequeños vacíos
horas en que la oficina
te fagocita,
exprime.
El tiempo que el niño duerme
su frágil siesta de hilo
y yo administro la rutina
cotidiana y doméstica,
malabarismos de la nada.
No son los grandes dolores
son las pequeñas frustraciones
el diario sin leer
las uñas hace tres días sin pintar
el no poder hacer el dobladillo del vestido de salir
ni necesitarlo.
jueves, 27 de septiembre de 2012
Érase una vez una Junta de Castilla y León que de
repente se dio cuenta de que tenía provincias por encima de sus posibilidades.
Casi ocho, concretamente. Pero no nos vayamos por las ramas. La Junta, que
había vivido calentita en medio de sus provincias, de repente notó frío. Miró
alrededor extrañada alrededor y se dio cuenta de que estaba en medio de la
nada. Se levantó de repente y llamó a filas a sus hombres.
-¿Qué ha pasado? Hasta hace nada, yo estaba rodeada
de provincias tranquilas, hormigueritos de los que me iba surtiendo, que me
aportaban calor y alimento, y de repente me despierto y no hay nada. NADA.
-Señor, nosotros no tenemos la culpa. Lo que usted
nos dijo, les hemos mantenido callados, tranquilos, acostumbrándose a estar
alrededor de usted como un perrito que espera que le caigan las migajillas del
pan y los pasteles que ellos mismos generaban. Y tampoco es que se hayan levantado
en armas, oiga, que siguen sin dar un ruido.
-Ya, pero tampoco dan pan ni pasteles.
-Señor, dijo el bufón de la corte,( que como todo el
mundo sabe desde Shakespeare es el único personaje que puede decir verdades sin
ser decapitado), es que hasta ahora, usted recibía dinero de su madre Europa
para que lo repartiera entre sus tierras, que mejorara la calidad de vida de
sus vecinos, que los sacara de la pobreza. Dinero para mejorar sus estructuras
productivas, para financiar planes de desarrollo rural, para enriquecer
culturalmente la zona Pero usted se gastó ese dinero en su casa, y les mandó
migajas o planteó planes que beneficiaban a las empresas que después le
beneficiaban a usted en lugar de crear puestos de trabajo.
-Lo sé, dijo la Junta, somos objetivo prioritario
para Europa porque tenemos esas tierras empobrecidas y despobladas, y por eso
las hemos mantenido así y lo seguimos
haciendo!
-Ya, pero su madre Europa ya no manda dinero, se ha
cansado y por eso ha menguado la bolsa… sobre todo la suya, Junta. Y como no ha
mejorado esos territorios, pues siguen siendo pobres y siguen esperando sus
migajas.
- ¡Pues ya no hay migajas ni nada! Si no me dan
dinero por ellas, no las quiero. ¡Que se busquen la vida! Pero no se lo digan
así, díganles que se autogestionen, que sean sus reservas y sus poblaciones las
que se mantengan, que ya es hora de que espabilen y crezcan…
-Pero Señora Junta, si usted se ha comido todas sus
semillas, ¿cómo se van a mantener?
- Que he dicho que se busquen las habichuelas, que
son unas ninis, que ya es hora de que dejen de mamar de mis ubres… fuera, ¡AUTOGESTIÓN
HE DICHO!
Y ASÍ, QUERIDOS AMIGUITOS, ES COMO LA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN PASO DE SUS ESPACIOS RURALES CUANDO DEJARON DE SER UN IMAN PARA LAS
SUBVENCIONES DE EUROPA .
Señora Ana Mato. Buenos días. Para usted.
Esta mañana en la Cadena SER estamos informando de
que su Ministerio planteará esta tarde a los representantes de las comunidades
autonómicas que el transporte sanitario no urgente deje de ser gratuito para
los usuarios, y que sólo puedan usarlo aquellos enfermos que tengan algún tipo
de discapacidad psíquica o física que cause incapacidad para usar el transporte
público o privado. Una decisión que puede afectar, entre otros, a los enfermos
de cáncer, diálisis o rehabilitación que acudan a sus tratamientos.
Señora Mato. Usted, como casi cualquier persona
nacida en una urbe como Madrid, ignorará las características demográficas de esta
provincia. No se preocupe, yo se lo explico: Gente mayor, apartada de los
centros hospitalarios en los que se desarrollan esos tratamientos. Sin edad
para conducir y sin posibilidades de utilizar un transporte público que no
existe o es deficiente en cuanto a horarios.
Gente con las pensiones mínimas más mínimas del país y que son de esas
buenas personas de las que se acordaba ayer su jefe, Mariano Rajoy, que nunca
se manifiestan ni aparecen en las portadas de los periódicos, más que nada
porque muchos aún tienen el miedo metido en el cuerpo. Gente que gracias a
usted, señora Mato, es posible que no puedan acudir a recibir esos
tratamientos, bien porque no los considere usted (o sus adláteres, que lo mismo me da para el
caso) suficientemente discapacitados, o bien porque no les de la pensión para
pagárselo, a pesar de comer berzas día sí y día también y gastar en ocio lo que
cuesta salir a la solana los días que el tiempo lo permite.
Señora Mato, usted, que tiene por lo menos un ipad,
un ratón, una alfombrilla de ratón, un coche, un conductor, un par de escoltas,
dinero para viajes, dietas y multas. Usted que cobra un pastizal y que si
pierde la cartera seguirá cobrando sin problemas, eso si no acaba en alguna
empresa privada de esas que se rifan los exministros para colocarlos de
asesores. Usted a la que deseo no tenga ningún problema de salud en su vida y
muera de viejita rodeada de sus personas queridas, usted nunca podrá entender
las consecuencias de este “ parece que podemos recortar por aquí”. Señora Mato,
lo cierto es que el cuerpo me pide calificarla sin tapujos como sinvergüenza
como poco, pero me voy a contener. Prefiero recomendarle un entretenimiento,
señora Mato. Vaya haciendo usted muesquitas en su cartera de ministra por cada
vecino de esta provincia y esta comarca que sufra en sus carnes sus decisiones
y cuando llegue el momento de abandonar este valle de lágrimas (para los demás,
para usted no), diga usted a todos sus seres queridos: ¿Veis todas estas
marquitas en mi cartera?… pues a todos estos, les hice vivir sufriendo lo poco
que les quedaba. Yo, Ana Mato. Y ahí, ya si quiere, la espicha.
martes, 25 de septiembre de 2012
Buenos días. Está el congreso? Que se ponga… que
amables son estos leones, oye, eso a pesar de que hoy los tienen rodeados de
policías. Hola? Es el congreso? Buenos días, soy un ciudadano español, de esos
que ha vivido por encima de sus posibilidades. No, por encima de sus
posibilidades no, por encima de las mías. Ya. Oiga, es que me ha llegado el
anteproyecto del presupuesto de ustedes y es un pastón! Que digo yo que lo
mismo podíamos recortar un poquito de aquí y allá! De donde? Pues mire… casi
20.000 euros para viajes por cada diputado… no podrían conocer el mundo a
través de google maps? Que se ve igual de bien y nos sale más barato! Ah, que
no, que es imprescindible para besar niños y saludar paisanos. Vale, vale. Y si
van en avión, en lugar de pagarles el parking no podían ir en metro, que así se
dan un baño de masas? Ah, que no, que es peligroso. Bueno hombre, que el sudor
no mata!. Bueno… y entonces, si le pagamos el parking de sus coches, porqué les
pagamos también taxis, coches de alquiler y conductores, que son 850.000 euros…ya,
que se mueven mucho. Y si les damos una tila? Ya, que prefieren café para
todos.
Oiga, y los 7.000 euros presupuestados para multas?
Que ya me parece abusar, oiga, que salgan con tiempo y respeten las normas,
como todo el mundo! (…..) vale, vale, si ya sé que un fallo lo comete
cualquiera, pero así vamos a tener que infringir las normas los demás para que
el estado recaude para pagar las de los diputados…
Oiga, y los 10.000 euros para la reparación de los
Ipads… si les damos un pizarrín y un trozo de ladrillo, que nos sobran muchos?
Ah, que los pizarrines no traen juegos… pero si ya les pagan la suscripción a
Orbyt para que vean las pelis que pone Pedro Jota!
Y los ratones, no podían dormir en la panera, como
toda la vida? Hombre, es que 1.000 euros en alfombrillas para los ratones…
serán persas, por lo menos…ah, que para esas alfombras y otras monerías ya han
presupuestado 80.000 euros. Y los tres millones para estudios? Eso lo sabe
Wert? Pues que vayan estudiados de casa, o que hagan la FP. Ah, que listos son
listos. No ya, se nota… Bueno, entonces no hay forma de rebajarlo, no? Así que
a pesar de los 18 millones que se llevan en sueldos no tienen ni para comprarse
la alfombrilla del ratón ni para pagar la comida del congreso, que está
subvencionada… oiga, y si se lleva un tupper? Que cuesta lo mismo? Ya. Pues
nada, señor Congreso, siento molestarle y póngame a los pies de sus señorías,
así lo mismo ahorran en alfombras…
lunes, 10 de septiembre de 2012
BOMBONES POR COMPASIÓN
Lo voy a
reconocer desde el principio, que estas cosas que cuestan, mejor cuanto antes.
No vi la entrevista de Rajoy. Sé que como periodista es imperdonable, pero mi
salud no me lo permite. Estuve viendo cómo se hacen los bombones en Discovery
MAX. Los bombones me sientan mal, pero en la tele no. Y Rajoy me sienta mal.
Sin embargo estuve pendiente de lo que se contaba y
se cuenta sobre esa entrevista y llego a la conclusión de que cada uno cuenta la
feria como le va en ella o dependiendo de lo que gana. Yo de Rajoy en la tele
no espero mucho. Desde un punto de vista “mediático”, no da mucho de sí. Suele
ser un ni si ni no ni todo lo contrario que choca contra lo que es el medio
televisivo en sí, como una película de Bergman a media tarde, como el Ulises de
Joyce en la piscina. Vamos, que desespera. Pero como no lo vi, si quieren,
ustedes me cuentan sus impresiones y así ya me entero sin tener que analizar
sus impresiones dependiendo de la cabecera que encabeza la información.
Lo que si me quedó claro es que hemos vivido por
encima de nuestras posibilidades y que no podemos gastar lo que no tenemos.
Creo que al menos en lo segundo, los españoles empezamos a ser expertos, pero
aunque al presidente le parezca “de sentido común”, hay una segunda lectura,
como en casi todo, incluido, creo, en el Ulises de Joyce. No podemos gastar más
de lo que tenemos (supuestamente) pero sí podemos gastar lo que tenemos en
otras cosas. En las importantes. Porque seguro que ustedes, como yo, saben que
en casa hay gastos imprescindibles y otros que pueden evitarse. Y a mi me
sobran alharacas y me faltan imprescindibles. Tuppers de destrucción masiva
aparte, me sobran gastos en representación, me sobran políticos, me sobran muchos
caldos de cultivo que con un supuesto fin social que nadie controla dan pan y sopas a muchos de esos políticos, me
sobran asesores, personas de confianza, consejeros, chóferes de consejeros,
vinos españoles con picapán, centros de interpretación de la nada, nadas con
monolito, aeropuertos sin aviones, pasarelas sobre el vacío, parques japoneses
sin niños ni viejos ni nada, fuentes ornamentales apagadas, adoquines
escupidores, macetas sin plantas, bolardos en lugar de educación cívica o
multas en su defecto, y no sigo porque me quedo sin aire. Y ya sabemos que no
podemos respirar por encima de nuestras posibilidades. Y en definitiva, me
sobran dirigentes que no dirigen y que esperan que los problemas se dividan en
dos carpetas, como decía aquel señor bajito, en los que el tiempo ha resuelto y
los que el tiempo resolverá. Porque para eso, no nos hace falta dirigentes, y
de ahí, ya nos ahorramos un buen pico.
martes, 8 de mayo de 2012
“Hicimos lo que pudimos”. No podía
entenderlo, frente a mí estaba aquel médico rural con aquellas manos demasiado callosas, aquel pelo demasiado encrespado, aquellos ojos
demasiado juntos. ¿A quién se refería? ¿Quienes eran ellos? Y además, ¿quién
había muerto? Debía ser alguien a quien yo conocía porque se dirigía a mí, pero
no podía pensar con claridad. Quizá me lo impedía la sangre que fluía, cada vez más despacio, desde la sien. Quizá , la sábana
con la que me cubrieron la
cabeza. Aún hoy, sigo sin saber de quien se trataba. Y es una
lástima, porque siempre me gustó ir de entierro.
viernes, 4 de mayo de 2012
jueves, 3 de mayo de 2012
_¿Y si de repente abres la puerta y detrás resulta que no había un abismo, ni una tormenta? ¿Y si la verdadera tormenta estuviera en el silencio en el que nos escondemos?
_No lo sé. No quiero ir a comprobarlo.
_Aquí acabaremos muriendo igual.
_Pero si nos quedamos aquí acabaremos deseando morir, y será fácil, será lo que deseamos, habremos cumplido nuestras expectativas.
_Entonces deja que te mate.
_No lo sé. No quiero ir a comprobarlo.
_Aquí acabaremos muriendo igual.
_Pero si nos quedamos aquí acabaremos deseando morir, y será fácil, será lo que deseamos, habremos cumplido nuestras expectativas.
_Entonces deja que te mate.
domingo, 29 de abril de 2012
¿Os acordáis de ese compañero de clase que nunca daba un ruido y con el que se metía todo el mundo y que siempre era el preferido del profesor y que todos pensábamos "joder el día que reviente"...? pues ha reventado. Es el presidente del Gobierno de España. Y os lo digo por experiencia. El de mi colegio se llamaba Juanma. Prada. Ahora "de".
viernes, 27 de abril de 2012
Y si ya no busco, y si he dejado de buscar es porque no quiero salir de aquí. Pero aún así, hay algo que tira de mí y entonces me revuelvo contra mí misma. Es normal, dice, pero no lo es porque no es normal morderse por dentro como si así pudieras sentir algo. Escribe algo bizarro dice y yo pienso vaya mierda de galicismo pero me callo porque en el fondo me gusta pensar que aún alguien espera algo de mí. Y entonces vuelvo a ese libro y ese barco y esa sensación de que el tiempo se ha detenido pero alguna vez tendré que subirme a él y dejar atrás esta sensación de que no pasa nada, de que nunca pasa nada. Eres insoportable dice y lo que dice es eres insoportable porque ya no me buscas y es como cuando mi perro se acerca porque ha robado algo y quiere que se lo quite, que me enfade, pero yo no lo hago y le dejo mirarme con esos ojos de búscame, mírame, estoy aquí. Cómo le explico que sé lo que va a pasar y que no quiero que pase. Es mejor no moverme, quedarme aquí para no necesitar ni que me necesiten. Porque no quiero perder ni perderme ni que me pierdan. Un día me iré. De momento he parado mi vida un rato, pero sólo porque aún no ha sonado el último aviso de mi barco y estoy aquí, a las puertas de Nanankepichu, esperando.
Rojo
Caperucita se mordió los labios. Sabía que ese gesto le favorecía, pero no lo hacía por eso. Además Lobo ya no podía verlo. Le gustaba el rojo, también su sabor, pero sólo reciente.
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